Puente grúa monorraíl: cuando el edificio en que queremos utilizar la grúa no es demasiado ancho y necesitamos aprovechar al máximo su altura, lo más habitual es utilizar este tipo de grúa, pues consta de una única viga para transportar las cargas, pudiendo además elegir entre dos velocidades para todos sus movimientos.
Puente grúa con dos rieles: como su nombre indica, esa grúa tiene dos vigas donde se apoya el carro. Gracias a este modelo se puede alcanzar una mayor altura del gancho.
Puente grúa pórtico: en este caso puede tener uno o dos rieles. El cambio con las anteriores viene en las vigas, pues están fijas al pórtico, que se mueve a través de toda la instalación.
Grúas semi-pórtico: por un lado tienen el o los rieles, y en el otro una serie de columnas fijas. Los rieles quedan sujetos a unas vigas móviles agarradas al suelo.
Gruaplumas: es un tipo de grúa perfecto para transportar cargas en un espacio mucho más reducido (hasta 200 m cuadrados). Existen modelos con pie, fijadas en la pared o en columnas, suspendidas en el techo o en viga. Asimismo, las hay que pueden hacer giros de 180º, de 270º o de 360º y con una rotación manual o motorizada. En definitiva, un sinfín de posibilidades para adaptarse a las necesidades reales de cada negocio.
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