Existen dos tipos
principales de elevadores magnéticos: los que utilizan imanes permanentes y los
que emplean electroimanes. Los elevadores de imanes permanentes son muy
fiables, ya que no dependen de una fuente de energía externa para generar su
fuerza de sujeción. Son ideales para aplicaciones donde la seguridad es
primordial, ya que mantienen su capacidad de sujeción incluso en caso de un
fallo eléctrico.
Por otro lado, los elevadores con electroimanes
ofrecen la ventaja de poder controlar el campo magnético mediante electricidad.
Esto significa que puedes activar o desactivar el campo magnético según sea
necesario, lo que resulta muy útil para aplicaciones que requieren un control
preciso y flexible.